El precio del barril Brent sube y se consolida en la banda de los 90 dólares

  • Por Redacción
  • 18 de septiembre de 2023
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18 Sep
Plataforma de Saudi Aramco en el Campo Hasbah, situado aproximadamente a 150 km al noreste de la ciudad industrial de Jubail en el Golfo Pérsico.

Parecía poco previsible, aunque probable, tras la casi nula trascendencia que tuvieron los recortes en la producción anunciados por Arabia Saudita a primeros del pasado mes de abril. No se ha producido ningún incidente grave que generase un fuerte incremento de la cotización del crudo, pero sí han confluido varias circunstancias de calado que han surtido el deseado efecto por parte de los países exportadores de crudo.

En lo que se refiere a la oferta, y con la división interna entre miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Arabia comunicó a primeros del pasado mes de agosto su decisión unilateral de ampliar las restricciones de su producción en un millón de barriles diarios hasta septiembre, recorte que hace dos semanas decidió mantener hasta el próximo mes de diciembre.

Asimismo, Rusia se ha alineado con esta estrategia y continuará con sus restricciones también hasta el último mes del año. A priori cabría concluir que la incidencia de esta decisión tendría menos consecuencias en el incremento del precio del barril de petróleo tras la determinación de la Unión Europea de concluir o rescindir sus contratos de compra con Moscú. Sin embargo, en la práctica, los mercados europeos han seguido recibiendo crudo procedente de Rusia aunque fuera a través de terceros países, como parece ser que ha ocurrido en España, dado que se dificulta la identificación de origen del producto.

Por parte de la demanda, el mantenimiento de estos recortes ha coincidido con la época veraniega, en la que se disparan los desplazamientos tanto por carretera como por avión por motivos turísticos. Si bien es cierto que esta circunstancia está tocando a su fin, hay otro aspecto de la demanda que no tiene nada que ver con la estacionalidad del año: China.

Desaceleración china en consumo interno y exportación en el segundo trimestre, pero buen comportamiento en la actividad industrial

Apenas hace dos meses, los indicativos económicos daban claros datos de una desaceleración en China conforme a las cifras del segundo trimestre, que arrojaban un modesto incremento intertrimestral de sólo un 0,8%, que suponía una ralentización del 1,4% respecto al primer trimestre y ponía en riesgo evidente el objetivo del 5% fijado por su gobierno para este año. Con la caída de la demanda tanto interna como externa mostrada de abril a junio de este año, se temía incluso un posible estancamiento, pero no ha resultado así. La demanda interna moderó su crecimiento hasta el 3,1% en junio, que refleja una desaceleración del 12,7% frente a mayo, mientras las exportaciones caían el 8,3% cuyo valor en dólares suponía un descenso del 12,4% frente al mismo periodo del año anterior y más fuerte que el -7,5% mostrado en el mes de mayo.

Con este comportamiento del consumo y las exportaciones, cabe concluir que la economía china podría tener complicado conseguir su crecimiento del 5% este año. Sin embargo hay un aspecto que continúa fuerte en el país asiático; su producción industrial. Este índice, que viene determinado por la actividad en los sectores de manufacturación, minería y servicios públicos, se muestra robusto reflejando un sorprendente ascenso interanual del 4,4% en el mes de junio, frente al 3,5% obtenido en mayo.

Esta coyuntura podría deberse a mayores inversiones en infraestructuras del país, pero también a sus expectativas a corto plazo. En este contexto, podrían incluirse las subvenciones destinadas a la producción y comercialización de vehículos eléctricos, que ya han generado las protestas de este sector en el mercado europeo al entender que se trata de una competencia desleal por sus precios notablemente más bajos. En cualquier caso, un aumento de la producción industrial china conlleva inexorablemente un incremento del consumo energético y, por tanto, de petróleo.

Tendencia al alza que puede complicarse con un previsible descenso en la economía occidental para 2024

En conclusión, si al mantenimiento de los recortes en la producción protagonizado fundamentalmente por Arabia Saudí se une el incremento de la demanda protagonizado por China, el resultado es evidente: un ascenso espectacular del precio del barril de crudo.

Si el recorte en la producción anunciada por Riad a primeros del pasado mes de abril no surtía el efecto deseado en la cotización del crudo, dado que su precio medio en mayo se situaba por debajo de los 75,50 dólares para el barril Brent y en junio no alcanzaba los 75 dólares, lo cierto es que este precio ya subió en julio por encima de los 80 y en agosto superó los 86 dólares.

Sin duda, a ello ha contribuido en gran medida la decisión unilateral de Arabia Saudita del recorte de un millón de barriles diarios, cuya producción nacional ronda ahora los 9 millones de barriles al día, la cual tiene previsto mantener al menos hasta el próximo mes de diciembre.

En este contexto, desde el pasado mes de julio, las sesiones han cerrado en el mercado europeo por encima de los 80 dólares el barril de crudo Brent, estabilizándose en la banda de los 90 dólares desde el pasado 5 de septiembre y con tendencia continua al alza desde el día 8, cerrando la sesión de hoy a 94,69 dólares el barril.

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