Vladimir Putin continúa escalando en su desafío contra Occidente. En esta desaforada contienda, el máximo mandatario ruso ha hecho efectivo hoy el corte el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, medida que ha provocado un incremento del 15% en los precios de este combustible.
Hace unas semanas Rusia endurecía las exigencias para mantener el suministro requiriendo a los países europeos al pago del gas en rublos. Ante la negativa de sus clientes europeos, Moscú ha hecho efectivo hoy el corte del suministro a los dos países referidos anteriormente y su gigante gasista, Gazprom, ha asegurado que no retomará el abastecimiento hasta que no abonen el gas en rublos.
El corte del suministro llevado a cabo hoy ha disparado hasta 127 euros el megavatio hora, que representa un incremento del 24% aunque posteriormente descendería al 3%. Esta subida fue debida al temor de que la suspensión del abastecimiento se extendiera a otros países del mercado europeo.
Rusia continúa suministrando gas por el gasoducto Yamal Europe, a través de territorio polaco, hacia otros destinos, pero les advierte a esos países que también les suspenderá el suministro si le facilitan gas ruso a Polonia o Bulgaria. El gasoducto Nord Stream 1, por el que llega el gas a Alemania, opera con toda normalidad.
Este nuevo giro de tuerca ruso tensiona más el mercado europeo del gas, si bien es cierto que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado hoy que la Unión Europea (UE) se encuentra preparada para afrontar los posibles cortes de gas: “Hemos estado trabajando para garantizar entregas alternativas y los mejores niveles de almacenamiento posibles en toda la UE. Los Estados miembros han puesto en marcha planes de contingencia para tal escenario y trabajamos con ellos en coordinación y solidaridad”.
Asimismo, Von der Leyen advirtió a las empresas que compran gas ruso: “La petición por parte de Rusia de pagar en rublos es una decisión unilateral y no responde a los contratos”, al mismo tiempo que concretó que un 97% de esos contratos especifican el pago de gas en euros o dólares y aceptar el pago en rublos supone “un alto riesgo” para las mismas.