Endesa avanza en el desmantelamiento de la Central Térmica Litoral

21 Mar

Endesa procedió a la voladura de la chimenea y de una de las estructuras metálicas de soporte de los conductos del absorbedor del Grupo 2 de la Central Térmica Litoral, situada en Carboneras, Almería. El director general de Endesa para Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, Rafael Sánchez Durán, comentó: “Este proceso de deconstrucción que estamos llevando a cabo, no es un momento de despedida sino el comienzo de una nueva etapa ilusionante que creará empleo y riqueza para la zona. Este espacio que ahora ocupa la central se destinará a asegurar un futuro sostenible para Carboneras mediante proyectos de reindustrialización que mantengan el compromiso histórico de Endesa con este entorno”.

A este acto calificado de histórico por la compañía eléctrica, acudieron la delegada de Gobierno en Almería, Aránzazu Martín, el subdelegado de Gobierno, José María Martín, y el alcalde de Carboneras, Salvador Hernández.

Una demolición calculada

La voladura supuso un reto técnico por las características de las infraestructuras. Fue necesario diseñar un procedimiento específico para garantizar las condiciones de seguridad y efectividad de la demolición, en este proceso de desmantelamiento general de la central, que se espera finalice en 2025.

Beatriz Muñiz, responsable de los proyectos de desmantelamientos térmicos de Endesa explicó: “El empleo de explosivos es el procedimiento más seguro para demoler estructuras esbeltas y especiales, siempre que el entorno lo permita. En el caso de la voladura de la chimenea, el proceso ha sido aún más complejo. Se han tenido en cuenta todas las variables como la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructura afectadas”.

Para la voladura de esta chimenea de 200 metros de altura y construida con cemento armado, fue necesario, por su volumen y ubicación, el uso de 151 kilos de explosivos, colocados por primera vez a doble altura: a cota cero y 96 metros. El objetivo era doblar el fuste en dos, como si de una bisagra se tratara, reduciendo la huella de caída a la mitad, minimizando la afección a determinadas infraestructuras que era necesario mantener en servicio mientras se realizan los trabajos de desmantelamiento.

Para activar la carga de explosivos, se usaron 380 detonadores electrónicos colocados en la estructura mediante taladros distribuidos para dirigir la caída según lo planificado. En el proyecto se fijó un radio de seguridad de 400 metros.

Un segundo antes de la voladura de la chimenea, se produjo la demolición de la estructura metálica de soporte de los conductos del absorbedor del Grupo 2. Para acabar con esta estructura que contaba con 47,8 metros de altura y 6 pilares, fue necesaria una carga de 15 kilos de dinamita, 34 cargas de corte lineal y 49 detonadores.

Colaborando en la economía circular

Las voladuras han producido alrededor de 13.000 toneladas de residuos, en su mayoría hormigón, que serán gestionados según la normativa medioambiental. Se valorará su posible uso en obra aplicando criterios de economía circular, utilizándose como material de relleno tras su previa verificación. Igualmente se valorará el posible uso posterior de la estructura metálica.

El desmantelamiento de todos los edificios y equipamiento se encuentra en un grado de ejecución del 42% y supone una inversión de más de 83 millones de euros. Más de 200 profesionales trabajan directamente en este proceso y otros tantos creados de forma indirecta.

El desmantelamiento de la central es parte de un estudio europeo denominado ICEBERG, siglas en inglés de “soluciones Innovadoras Basadas en la Economía Circular que demuestra la recuperación Eficiente de recursos materiales valiosos a partir de la Generación de materiales de construcción representativos al final de su vida útil”.

Pasado, presente y futuro de la Central Térmica Litoral

La Central Térmica Litoral ha estado operativa más de cuatro décadas. Se creó en el marco del Plan Acelerado de Centrales de Carbón de 1979 para cubrir las necesidades de incremento de potencia eléctrica, como consecuencia del desarrollo económico en España. Comenzó su explotación en 1985 con el Grupo 1 (con una potencia de 577 megavatios) para incorporarse el Grupo 2 (potencia de 582 megavatios) en 1997. La instalación ha llegado a producir durante su vida útil más de 180.000 GWh, es decir, el consumo energético de Andalucía durante 4 años y medio. Llegó a ser todo un referente mundial cuando en 2014 se realizaron mejoras medioambientales que la pusieron a la vanguardia de esta tecnología.

La central cuenta con una Terminal Portuaria con acceso al tráfico marítimo en el Mediterráneo y norte de África que comenzó su actividad en 1985, destinada a la descarga de carbón para la central térmica. En 2014, tras el acuerdo con la Autoridad Portuaria de Almería, se llevó a cabo una inversión para dotar a esta terminal de un sistema que permite cargar buques entre 10.000 y 15.000 toneladas de capacidad, con destino a otras centrales del grupo Enel en el Mediterráneo. Supuso un incremento en las operaciones de manejo de combustible a desarrollar en el parque de almacenamiento de la central. Todo esto unido a su situación geográfica, la convierten en un enclave único para recibir barcos de gran calado que procedan de cualquier puerto del mundo.

Además, la Central Térmica Litoral ha albergado proyectos innovadores como una planta de microalgas, la restauración de escombreras con especies autóctonas o el proyecto de almacenamiento de baterías, entre otras iniciativas. Actualmente estos proyectos se han trasladado para seguir activos.

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